Lima metropolitana que siempre ha sido dueña y señora de los medios de comunicación, esta dejando de serlo, en un avance paulatino de las provincias, hoy en día voces de todos los rincones del Perú se alzan con singular fuerza, siendo no ajena a este fenómeno nuestra región Lambayeque. No obstante, hay muchas críticas (algunas claramente destructivas) que ven con recelo la labor radiofónica de nuestra región, es menester nuestro analizarlas para llegar a buen puerto.
La radio tiene un marcado fin social, se le valora tremendamente por ese hecho, pero en la actualidad se le acusa reiteradamente de su creciente labor mercantilista, vender sus ideales para mantenerse seguros en los grupos de poder de turno. No podemos hacer generalizaciones, estos prejuicios de que toda radio esta en favor de los poderosos, es absolutamente engañoso, probablemente fruto de una investigación superficial. La radio lambayecana hace un esfuerzo titánico (con los pocos recursos que cuenta) por ser la portavoz del pueblo, por ser el punto de encuentro de diversos distritos e incluso es la principal opositora de los gobiernos corruptos.
Otro problema atribuido a las radios de nuestra región es que tienen como dueños a empresarios cuyo mayor interés es obtener ganancias a través del favor del pueblo. Aclaremos que el dueño de una radio siempre será un empresario y ser un empresario no
significa ser un demonio del consumismo. Necesitamos entender que la labor social que cumple la radio no le quita la necesidad de obtener ingresos, más que máquinas tecnológicas su principal insumo son las personas que necesitan un sueldo. Ahora, es aquí donde el comunicador entra, su capacidad de ofrecer alternativas culturales y educativas hace posible conservar el fin ciudadano de la radio y ser una empresa rentable.
Si bien es cierto que una buena parte de emisoras lambayecanas entran al rubro “musical”, también debemos ser conscientes que muchas de estas son productos de la capital. La radios netamente lambayecanas pertenecen al rubro musical-periodístico. En este punto también hay una crítica, que una gran cantidad de locutores solo saben sentarse a leer noticias y carecen de una educación profesional en la comunicación. Estas personas tan criticadas, tienen como aliados a la experiencia y esa cercanía con sus oyentes, son voces con las cuales las personas se pueden sentir en confianza (una habilidad tan necesaria para el comunicador) y son el primer medio al cual recurren en situaciones de conflicto. Además está la reciente y cada vez mayor aparición del trabajo universitario en el medio radiofónico, espacios como “Creciendo con la USAT” en radio Santa Victoria y la radio online de la USS son prueba de que la capacidad ciudadana de la radio no esta cerrada sino que intenta de a pocos crear su propia y legitima voz lambayecana.
Aún hay mucho camino por recorrer, pero negarle a la radio de nuestra región el fruto del trabajo que realiza, es muy ingrato. El progreso solo será posible si nos fijamos donde estamos parados y a partir de lo que tenemos construimos un mejor futuro para nuestra radio.
Muy aprovechable.
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