domingo, 15 de julio de 2012

LA ESCENCIA DE LA RADIO



RESUMEN
La radio tiene una personalidad que habita en los oídos de sus oyentes, la magia de este medio de comunicación se oculta en los secretos del sonido. Pero la radio es mucho más que la voz de un locutor, todo lo que allí suena (o no suena) esta puesto para despertar emociones, sentidos, pensamientos y reflexiones, por lo que se vale de otras de sus cualidades para envolver mejor a la audiencia.

PALABRAS CLAVES: radio, locutor, voz, sonido.

¿No es desesperante cuando estas hablando y nadie te hace caso? ¿No alzas la voz hasta que por fin alguien voltee a mirarte? Si nos quedáramos sin voz un día entero, entraríamos en el más profundo estrés; pero sino pudiéramos escuchar por todo un día sería mucho peor: porque no solo estaríamos estresados, estaríamos tristemente solos, ustedes se preguntaran ¿por qué si la gente aún sigue ahí? Pues es algo extraño, pero a los humanos no nos basta el calor de la piel para sentir al otro, necesitamos el calor de su voz, que es en esencia el calor del alma. Si nos quedáramos en completo silencio, un temor profundo nos invadiría, cómo cuando somos niños y despertamos en la madrugada, no solo nos da miedo la oscuridad también nos da miedo  esa carencia de la voz de nuestros padres. El silencio es el látigo más doloroso con el que podemos castigar a una persona.
Nuestros oídos benditos sean por estar ahí pegados a nuestra cabeza, menciono a nuestros oídos, porque nosotros los seremos humanos hemos sido dotados de singularidades envidiables por las demás criaturas de la Tierra. La travesía del sonido, para que sea tal, es épica aunque solo dure milésimas de segundo: el sonido se propaga a través de una serie de pequeños movimientos pendulares de partículas de aire, llega al órgano auditivo, hacen vibrar el tímpano y en forma de impulsos eléctricos son conducidos por el nervio auditivo hasta el cerebro, donde el órgano de Corti realiza la conversión eléctrica. Pero no todo se trata solo de fisiología, el oído es humano, el tono por ejemplo es la interpretación subjetiva del oído y la mente acerca de la frecuencia y la intensidad sonora. Con muchas más cualidades cuenta el oído, incluso con una que pocos conocen: el oído interno es el centro del equilibrio. Nosotros estamos tan bien hechos, nuestra creación fue perfectamente calculada, la obra que cualquier artesano se sentiría orgulloso de lucir.

Ahora, si el sonido es un regalo, la voz es un obsequio del cielo. Tu voz es el representante de identidad, tu marca, tu sombra, a donde vayas vas con tu voz, y cuando te escuchen aunque no te vean sabrán que eres tú. De la voz se vale el lenguaje radiofónico, de este y otros recursos acústicos, pero la voz es su estandarte, su primer oficial, porque a nosotros nos gusta escuchar cómo nos hablan, nos gusta estar pendientes de la palabra que sale de la boca que no se ve. Sobre todo presto atención a la voz que viene para mí, esa voz que me hace sentir que no estoy solo, que ella esta conmigo, por que nos encanta ser tomados en cuenta, sentirnos especiales para alguien. Si en un programa radial me tutean, me preguntan, me escuchan, yo me sentiré en confianza, complacida y no querré abandonarla, me quedaré junto con ella, como ese locutor se queda a mi lado.
Entonces somos dos: yo y la radio, tú y la radio. Tú conoces al locutor, no lo ves pero lo conoces, y él te conoce a ti. Los radialistas nos transmiten más que información sentimientos, los humanos somos más que razón, somos emoción. Hay canciones que nos ponen a flor de piel, efectos de sonido que nos hacen estremecer, tonalidades de voces que nos seducen, en la producción radial donde se crean los mensajes es posible activar y desactivar emociones mediante a múltiples técnicas. Esto es algo que muchos locutores han olvidado, han olvidado sentirse humanos.  En la televisión tenemos señoritas como maniquíes sentadas frente a un teleprompter leyendo noticias trascendentales, pero su voz es fría y su gestualidad esta en cero. No necesitamos esto en la radio, necesitamos humanos como nosotros que nos hablen, que sientan, me refiero a sentir sin dejarse llevar por sus emociones cual huracán imbatible, quiero decir locutores capaces de ponerse en el lugar de su audiencia, locutores imperfectos como nosotros su audiencia.
La radio es esa boca invisible que tiene voz, son los sonidos de un lugar en donde no estamos físicamente pero sí mentalmente, y ¿Acaso no dicen que la mente es más fuerte que el cuerpo? si esto es cierto, en cuento lugares habremos estado presentes al sintonizar una emisora, cuantos lugares hemos visitado y personas habremos conocido. Recorrimos el mundo sin movernos de nuestros lugares, sin comprar un pasaje y hacer largas colas, la radio nos condujo con ese avión rapidísimo y muy efectivo: la imaginación. Las grandes historias de las novelas se crearon a través de una imaginación pura y libre, una imaginación que no tuvo miedo a ir más allá de los límites de la vista; la radio hace uso de este recurso a cada momento, la radio no podría existir si la imaginación estuviera cautiva, la palabra viaja a nuestros oídos e inmediatamente las imágenes se reproducen, como si contáramos con una pantalla instalada en nuestras cabezas, a veces la imagen es clara, otras veces confusa, pero para eso esta el locutor para explicar a la palabra y nosotros la vamos definiendo según lo que deseemos. Aquí esta el punto fuerte de la radio, ella puede hacer que el hombre a través de la imaginación construya lo imposible, lo transforme y lo destruya según quiera. Se trata de abrir nuestros ojos del alma y dejar que una voz sea nuestra guía, es decir que una alma escuche a la otra.
Somos conscientes de que el desarrollo de la comunicación propicio el desarrollo de la humanidad, de su racionalidad. La palabra fue un código complicadísimo, pero necesario si el hombre planeaba seguir con vida en un mundo donde físicamente era la especie más débil. Cuando pensamos lo hacemos a través del lenguaje, en el silencio de nuestra cabeza, se escucha “la voz de nuestra consciencia”, porque nuestros razonamientos tienen voz, y sin el lenguaje, quien sabe si sería posible hilar un simple pensamiento.
La comunicación a través de la radio puede parecer bastante sencilla pero no es cierto, establecer el contacto con el alma del otro es muy difícil, una hazaña que pocos logran. Personalmente creo que hacer radio es una labor bellísima, complicada y llena de retos, una labor que solo un comunicador comprometido puede llegar a asumir.
CONCLUSIÓN
Por encima de las dificultades que conlleve transmitir un mensaje radiofónico, están las cualidades con los que este cuenta. Los problemas si se ven desde una óptica cerrada a nada conducen, por el contrario la radio tiene la cualidad de poseer la libertad imaginativa, tan escasa en nuestros tiempos. A partir de reconocer el gran milagro del sonido y la voz podremos ver a la radio como lo que es: una pasión.
REFERENCIAS:

LOPEZ, José Ignacio, Manual Urgente para radialistas apasionados, Ecuador.
HAUSMAN,Carl, Producción en la radio moderna, Thomsom, México, 2001.
VIDAL, Javier, La era de la Radio en Venezuela, Alfadil, Venezuela, 2004.
http://es.wikipedia.org/wiki/Voz_humana

VIDEOS PROPIOS:
http://www.youtube.com/watch?v=kNFIPW82UIo&feature=plcp
EJEMPLO DE EXPRESIVIDAD EN UN SPOT RADIAL


AUDIO:

VOCES Y ENTONACIONES QUE CONMUEVEN



ENLACES WEBS:

http://www.portalcomunicacion.com/monograficos_txt.asp?id=195&txt=165
http://www.fceia.unr.edu.ar/prodivoz/fonatorio.pdf
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/860/86005207.pdf
EL LENGUAJE RADIAL


RESUMEN:

Si pretendemos ser radialistas lo primero que haremos será conocer el lenguaje que este medio utilizada, las características únicas que posee, y cómo actualmente se están volviendo a plantear ciertos asuntos de vitales. Al entender su lenguaje, planeamos elegir las mejores opciones para el lenguaje que emplearemos en la radio.
PALABRAS CLAVES: sonido, efectos, voz, ruido, comunicación.
Normalmente suponemos que la comunicación es un evento común y corriente, pero lo cierto es que hoy en día resulta verdaderamente difícil escuchar al otro y darnos a entender. El proceso de la comunicación empieza antes de que la palabra salga de la boca del emisor, en su recorrido el mensaje ha navegado por la cultura y los pensamientos de los actores comunicativos. En la radio como en todo medio de comunicación establecer una correcta interacción es vital si pretendemos llegar con eficacia hasta la audiencia, produciendo no solo cambios en ellos, sino porque no, también en nosotros.
Para estudiar el leguaje radiofónico, en primer lugar hay que hablar de ciertos aspectos importantes. Existen una gran cantidad de razones por las cuales el mensaje no llega de manera certera hacia los radioescuchas, nuestro mayor enemigo es aquel que recibe el nombre de ruido. En el ejercicio radiofónico, como en toda comunicación, los ruidos son bruscos e inesperados y a la vez terribles y sentenciosos. Muchos son los casos: los problemas vocales de los locutores, su jadeo, respiración entrecortada, cuando se sale a cubrir una noticia pueden existir demasiada bulla en el entorno,  fuera de la cabina de radio, el transmisor llega a sufrir muchas veces una seria de dificultades; por el lado del oyente este a veces cuenta con radioreceptores inadecuados y también de su lado están los obstáculos por alguna enfermedad o quizás por la bulla de su entorno. Todos estos son ruidos técnicos y ambientales, y la tecnología cada día un paso más adelante se viene encargando de ellos. Sin embargo existen otra clase de ruidos que requieren de todo el esfuerzo y la creatividad del comunicador.
Los ruidos culturales son los mayores desafíos de los radialistas. El castellano es la lengua más conocida utilizada entre los latinoamericanos, pero no es la única que se usa, y mucho menos son los mismos significados de las palabras en cada país, esto supone saber codificar y decodificar cada mensaje según el lugar donde nos encontremos, saber estar en donde estamos. Esa actitud comprende entonces saber escuchar, no solo se trata de oír el sonido de la voz, se trata de ponernos en el lugar del otro para  decodificar su mensaje con más exactitud, todas las mujeres y hombres deseamos ser tomados en cuenta, la mejor manera de demostrar que nos importan nuestros oyentes es saber escucharlos y saber hablarles.
El lenguaje radiofónico propiamente dicho tiene ciertas expresiones: la voz humana, los efectos de sonido y la música. Frecuentemente en los programas radiales podemos escuchar como la voz humana predomina sobre las demás expresiones, es cierto que la voz humana es exquisita, muy rica en todas sus variaciones y emociones que producen, sin embargo al centrarse en este elemento se esta renunciando a toda la riqueza sonora brindada en las otras expresiones, sería renunciar a todo la magia acústica y encasillar a nuestros oyentes a una mismo sentido sonoro. La fusión de las expresiones radiales es espectacular: la voz humana conductora de simpatía natural, los efectos de sonido aclaradores de la imagen, formadores de la imagen auditiva, y, la música tan llena de emociones tan apasionada, las tres conducen al oyente a la más exquisita experiencia auditiva, una experiencia constructora de espacios imaginarios. No todo en la radio son sonidos, existe pues el silencio, no son baches producidos por los problemas técnicos o los del locutor y locutora, se trata de una pausa calculada, con sentido, que junto al sonido crean suspenso y climas bien tramados.
La radio es seducción permanente, es un vicio delicioso, una aventura a todas horas, esa permanente conquista al oyente le permite al comunicador y comunicadora desafiar sus límites y sentirse más cerca de las personas. Hoy en día la razón fundamental por la que escuchamos radio es por la música, sintonizamos la frecuencia deseada, subimos el volumen y gracias a la música desaparecemos del mapa, estamos sumergidos dentro de ella, todas las emociones se amplifican, todo momento se dramatiza, es maravilloso como la música puede hablar directamente con el alma; y si la música habla directamente con el alma, los efectos sonoros hablan directamente con nuestra memoria, con nuestra experiencia, siendo bien trabajados todo lo concreto se va dibujando dentro de nuestra cabeza, pero también nos permiten crear nuevas imágenes, integrar nuevos conceptos. La radio seduce porque puede permitirle a nuestra mente lo que otros le han negado: la libertad de crear.


Ya que en la radio se usa por mayor tiempo la voz humana es lógico dedicarle un espacio bastante prudente a ese elemento que a veces se nos es adverso: la palabra. No se trata de exagerar, de dar rodeos, sino de ser precisos con el público. Muchos son los locutores autistas, viven en su propio mundo sin poder conectarse con el otro, su condición les hace creer que al hablar más, al buscar palabras rebuscadas, pensamientos complicados pueden sorprender a su audiencia y mantenerlos fieles, pero la verdad es que nos hacen sentir extraños, como si pertenecieran a otra orbita, y la forma como lo dicen es peor, esa tonalidad pedante que abre zanjas mucho más grandes entre ellos y la audiencia. Ahora, las dudas sobre que palabras nos invaden, pues es muy recomendable hacer uso del lenguaje activo y el lenguaje pasivo, el primero navega por el habla coloquial del oyente, por su experiencia concreta y es bien conocido por él, el segundo es conocido pero no muy utilizado permitiendo en este rango que el comunicador pueda realizar con este tipo de lenguaje acciones pedagógicas. Dentro del habla coloquial se encuentran las tan incomodas (a veces bastante cómodas) malas palabras, las groserías, vulgaridades, satanizadas por algunos locutores y glorificados por otros, el uso de estas palabras es permisible sobre todo en los sociodramas donde lo que se intenta es darle la mayor naturalidad y veracidad de las situaciones, en otro formatos se pueden utilizar teniendo en cuenta la cultura del pueblo, su sensibilidad y el contexto en donde se encuentran.Otra discusión es la que se entabla para los usos de las palabras técnicas, en lo personal creo que el uso de estas debe limitarse a los programas para públicos específicos, y si se pretende hablar de temas referidos estrictamente a un ámbito (por ejemplo el financiero) lo mejor sería hacer adecuaciones. Los jóvenes hablamos en un lenguaje muy nuestro, si los radialista quieren llegar a nosotros, bien harían en tratar de sintonizar nuestra onda, sin perder el sentido de lo que quieren comunicar.
Aun permanecemos en la ruta de cómo llegar al público, como establecer una comunicación eficaz, entonces es hora de dotar de vida a la palabra. La palabra invita a la creación, pero hay palabras que la estimulan con mayor rapidez, me refiero a las palabras concretas, aquellas que permiten dibujar con un mejor trazo en nuestra cabeza las imágenes auditivas, son ellas las capaces de describir mejor las situaciones que planteamos. Cada país, región y ciudad tiene su particular forma de hablar, sus regionalismos, incorporarlos a nosotros es una forma de garantizar el enganche con la audiencia. Existen muchas formas poéticas de hablar que no están de más, aquellas que la gente usa cotidianamente o que evocan imágenes instantáneas, las comparaciones, refranes,  metáforas y exageraciones también están permitidas en este juego donde útil es aquella que le sirve al oyente. También esta la forma en la que hablamos, las tonalidades, entonaciones, pausas, es el arte de ser un buen narrador, de saber cómo hablar en cada situación.
Hoy en día la mujer se ha abierto paso entre las enormes dificultades y obstáculos que la impedían de gozar todos sus derechos ciudadanos, bajo este marco la radio también tiene otro panorama que ha de plantearse en el uso de la palabra. La igualdad de los sexos debe ser reconocida o reforzada a través del propio uso del lenguaje o terminología, a algunos les parecerá exagerado o demasiado tedioso, pero la verdad es que es muy necesario empezar a hacer justicia en favor de la equidad en ambos, sobre todo en un medio como la radio donde la palabra es la que llena la mayoría de espacios, se trata de dar un discurso inclusivo, un discurso en el cual todos se sientan llamados, esta no es sino otra forma de que hombres y mujeres se sientan identificados con el programa radial, pero sobre todo comprometidos con él.
Conclusión
El lenguaje radiofónico consta de varios elementos, los tres, se complementan y con un uso creativo logran mucho mejores resultados de lo que se obtendrían por separado. El locutor de radio también debe examinar lo que dice, y cómo lo dice, porque se pude tergiversar las palabras o no causar el efecto deseado, por lo que antes debemos conocer bien a nuestro público para luego saber de qué manera nos dirigiremos a ellos.
REFERENCIAS:

LOPEZ, José Ignacio, Manual Urgente para radialistas apasionados, Ecuador.
VILLANUEVA, Ernesto, Ética de la radio y la televisión: reglas para una calidad de vida mediática, Universidad Iberoamericana, México, 2000.

VIDEOS PROPIOS:

AUDIO:





AUDIO:

EFECTO DE SONIDO DE UNA SIRENA DE BOMBEROS

LA AVENTURA DE LOS LOCUTORES Y LOCUTORAS


RESUMEN:

Dentro de la cabina de radio se encuentra una persona a la que conocemos por demás y jamás hemos visto: el poder de su voz nos dibuja el rostro del locutor. Para que este llegue a su público de la manera más eficiente tiene que prepararse lo suficiente, y ser consciente de diversos aspectos para su locución, además de estar presente en toda la realización de la producción radial.


PALABRAS CLAVES: locutor, locutoral, radio, hablar, audiencia.


 

AUDIOS

Ejemplos de Muletillas



Cuando somos unos pequeños e inexpertos bebés pasamos por un gran proceso antes de aprender a hablar: llanto, arrullos, balbuceos, variaciones de entonación, la primera palabra, dos palabras, flexiones verbales, preguntas, negaciones, construcciones complejas, habla madura (claro que esta secuencia varia según la persona) . Pero cuando hemos aprendido a hablar ya no existe fuerza que nos pare, y pasamos una gran cantidad de nuestra vida hablando, una de las actividades más simples y divertidas que existen. Sin embargo muchas veces de nuestra boca salen palabras, códigos verbales, oraciones, pero eso no significa que nos estemos comunicando con los otros, aunque eso hayamos pensado durante mucho tiempo. Cotidianamente se da este suceso, en cualquiera sea el grupo social que nos encontremos, quizás es por eso que la carrera de comunicador es tan compleja: porque un proceso aparentemente tan simple, puede llegar a ser verdaderamente complicado para el común de los normales, es por eso que el comunicador debe ser una persona comprometida con la comunicación eficaz. En la radio, donde es el sonido la base del trabajo cotidiano, se tiene muy entendido esto, por lo que el trabajo de los locutores y locutores no debe ser menos preciado: es una de las laboras más ricas, desafiantes y divertidas que encontraremos a lo largo de nuestra carrera.

He de confesar que siempre había tenido una idea estereotipada de lo que es un locutor o locutora: una persona muy seria, con una voz profunda de esas que te dejan encandilado. Tengo que aceptar mi tremenda equivocación, y es que como en toda profesión, el hábito no hace al monje, y una bonita voz no hace a un locutor o locutora. Lo realmente valioso es aquello que dice, aquello que trasmite, si sus palabras son capaces de llegar no solo a los oídos de sus oyentes, sino sobre todo a sus corazones  mentes. Con esto no pretendo decir que cualquiera pueda ser un locutor, existen claro personas con deficiencias en la vocalización que no pueden ejercer como locutores de radio (los tartamudos, las personas con voces muy chillonas o muy agudas, entre otros).  Hay que deshacernos de esos viejos estereotipos, lo que la gente busca en la radio es alguien como ellos, en los que puedan confiar, sentirse como iguales, aquel que logre hacer click con la audiencia es el locutor verdadero.

Bueno, los novatos en el rubro de la comunicación por muchas clases asistidas y libros leídos siempre tenemos miedo frente a un micrófono, en especial si es en radio. A los que son bien parecidos, la televisión les perdonara sus errores al hablar, pero en la radio nadie te mira, todos te escuchan. Solo te escuchan y sienten lo que realmente eres. Puedo ser que mis palabras asusten mucho más a las personas, pero son, a mi parecer, la verdad. Los nervios son inherentes a toda actividad nueva, siempre he pensado que los nervios (no me refiero a aquellos que llegan a producirte un desmayo) son un signo bueno, significa que realmente nos importa lo que vamos a hacer y por eso estamos preocupados de tener un resultado óptimo, eso significa tener compromiso. Cada uno tiene su propia forma de sobrellevar los nervios, existen múltiples técnicas para todos los gustos, una recomendación general seria hacer unos buenos ejercicios de respiración antes de comenzar, oxigenar no solo a nuestros pulmones, sino también a nuestro cerebro, quien es al que más necesitamos en la cabina de radio. Por lo demás es algo muy seguro que no hay nada como la práctica para que poco a poco podamos familiarizarnos con el ambiente radiofónico.

Bueno librados de los nervios, aún nos queda librarnos de ideas ciertamente caducas. En la cabina de radio, nos encontramos solos, sin mas compañía que un técnico al lado de los controles, incluso en algunas ocasiones nos encontramos sin él, con tanta soledad ahí adentro, algunos pierden la noción de que lo están escuchando muchas veces y empiezan a entablar un conversación consigo mismos, se sumergen en sus propios pensamientos y experiencias, perdiendo el completo contacto con su audiencia,  los monólogos largos ya no nos sirven, este es otro desafío de la radio: encontrar la manera de no dejar de sentir presente a nuestra audiencia. Otra cosa en la radio que necesitamos hoy, como ya lo he dicho, son locutores con los que las personas puedan sentirse identificadas, cercanas a ellos, por eso la naturalidad es indispensable, pero no me malinterpreten, ser natural no significa llegar sin preparación o hacer lo que se nos venga en gana, jamás debe faltarnos la preparación y le interés por el contexto en donde vivimos. Ser natural conlleva a tener una actitud fresca, abierta, saber ser humano y no ponernos en esa burbuja de pensar que porque conducimos un programa somos dueños de la verdad.

Antes de hablar ya quedamos en respirar pausada y profundamente. Si bien es cierto tenemos que ser naturales al hablar por radio, eso no perdona que hablemos atropelladamente, con mala dicción y articulación. La locución es un arte que hay que respetar y aprender pausadamente, ejercitando nuestra voz lo más que podamos, hay una gran cantidad de libros, sitios por el Internet, recomendaciones de profesionales sobre cómo mejorar nuestra dicción y posterior articulación (técnicas para la resolución, la caja torácica, o los ejemplos clásicos son los trabalenguas muy útiles para todos).


Hay un gran debate entorno a la locución radial: ¿es acaso dable leer en radio? No creo que una persona pueda almacenar en su cabeza miles de nombres, con miles de cifras, con miles de ubicaciones, y así miles de datos, partiendo de la verdad de que la memoria puede traicionarnos cuando más necesitamos de ella es que creo, que si se puede leer en radio, pero que lea como si estuviésemos conversando. Es realmente difícil dominar esta acción, pero como la mayoría de cosas solo es cuestión de práctica. Antes que nada debemos aprender a leer: en toda la dimensión de la palabra, es decir pasando por sus cuatro niveles. El primer nivel es la lectura compresiva, en un país donde los índices de comprensión lectora son bajísimos (en segundo grado de primaria son del 28% a nivel nacional) , hay que darle duro a este nivel, comenzar buscando el significado de la palabra; el segundo nivel es el de la lectura punteada, significa leer respetando cada signo de puntuación ahora se le empieza dar mejor forma a la lectura; el tercer nivel es el de la lectura modulada, se trata de darle la entonación que se requiere en este nivel la lectura goza de sentido para los demás; el último nivel es el de la lectura libre, hablar naturalmente, dándole ese toque que tenemos cada uno, en este nivel la lectura goza de brillo. Existe otro debate: la improvisación, es que para muchos todo en la radio debe estar totalmente calculado, pero esto genera una frialdad entre los locutores y la audiencia, ¿cómo creerla a alguien que me esta hablando porque se ha aprendido su texto? ¿Cómo confiar en que sus pensamientos son verdaderos? La improvisación da espacio a los sentimientos, aquellos que en muchas emisoras están dados a menos.

Nosotros debemos de conquistar a la audiencia, hay que ganárnosla. Hay que hacerlo valiéndonos de quienes somos y no fingiendo ser otros, podemos seguir los pasos de alguien, pero imitarlos no es válido. Tenemos que conocer a nuestro público, escucharlos, hacerlos entender que nos interesan, que no son simples cifras en el rating, que estamos junto a ellos, que somos sus iguales. La entrega de un locutor o locutora es indispensable, porque esa entrega la siente el público aunque no la vea, y un locutor entregado es aquel que se ha comprometido con todo el proceso radiofónico, aquel que sabe estar en la radio porque la radio es el lugar donde quiere estar.

CONCLUSIÓN


El locutor no es una persona super dotada, es cualquier persona que sienta un verdadero compromiso con el trabajo radial y entregue toda su pasión a él, logrando ayudar en el empoderamiento de las personas y en su propio desarrollo personal. Los locutores y locutoras de radio deben ser radialistas íntegros buscando siempre mejorar, capacitándose, realizando diferentes ejercicios, participando, en busca de entregar un mejor trabajo a su audiencia.

REFERENCIAS:

LOPEZ, José Ignacio, Manual Urgente para radialistas apasionados, Ecuador.


BEST, John, Psicología cognitiva, Thomsom, México, 2000.






VIDEOS:




LOS MEDIOS AHORA

RESUMEN

Los medios de comunicación desde su aparición hasta el día de hoy han producido profundos cambios en la vida de las personas. Hoy en día cuando se nos vienen más avances tecnológicos y una serie de cambios sociales, es bueno repasar la historia de los medios y cómo estos se ubican en el nuevo contexto que están viviendo.

PALABRAS CLAVES: Medios de comunicación, poder, legitimar, realidad, audiencia


Antes de escribir este artículo me puse a reflexionar seriamente al respecto del tema que abordare, primero observando mi casa, específicamente mi cuarto. Soy una adicta al cine desde que era una niña, mi cuarto lo refleja con claridad. Pero al ver mi cuarto es curioso notar la cantidad de caras de actores que están en las paredes de mi cuarto, y recordando como hablo con los demás es aún más increíble las referencias al cine y a estos actores que hago cotidianamente. ¿Cómo es que estas personas, a quienes nunca he visto directamente, sean puntos de referencia tan importantes para mí? ¿En que momento empezaron a ser tan importantes? Pienso que al pertenecer al mundo del cine se hacen relevantes para mí. Este caso es particular a mis gustos, pero estoy segurísima que todos sentimos alguna conexión con cierto personaje muy popular de la televisión, la radio o el Internet, los medios marcan, valla que lo hacen, pero ¿hasta que punto? Y ¿Qué es lo que debemos hacer los futuros comunicadores ante este nuevo panorama? Cómo es de costumbre me encargare de abordar el tema desde el ámbito radial.

Ante de entender el papel y quehacer actual de los medios, debemos entender cómo llegaron hasta ahí, debemos navegar por su historia. Nosotros hablamos todos los días, casi no hay momento en que no estemos haciendo, pero ¿tenemos idea de lo difícil que fue para nuestros antepasados crear la palabra? La palabra, aunque no nos parezca es un código muy difícil (por que es el gestual aquel que se nos viene por naturaleza), establecer este código le ha tomado a la humanidad muchos años, e incluso todos los años se va modificando: entran y salen palabras de los diccionarios y aún más de nuestro lenguaje coloquial. Entonces ya establecida la palabra (con su propio idioma según el país en donde se encuentre) la comunicación fue más fluida, pero aún existía el problema de la distancia, no se tenía ni la menor idea de aquello que ocurría a unos cuantos kilómetros de sus hogares, las personas necesitaban saber lo que estaba ocurriendo, las primeras radiocomunicaciones trajeron una novedad radical para el mundo de las comunicaciones: la posibilidad de comunicarse con navíos de alta mar de otro modo que por señales ópticas o acústicas . Desde entonces se dieron los grandes inventos. Gracias a Samuel Morse, Alejandro Graham Bell, Marconi, Pablo Nipkow, Lumiere y otros, con sus inventos hicieron posibles las creaciones altamente tecnológicas que estamos viviendo. No exagero, les debemos a sus creadores más de lo que pensamos.

El camino de la radio marco la pauta de sus demás hermanas los medios de comunicación. Mucho de ciencia y física se tuvo que utilizar para crear a la radio, para que un día de 1906 Reginald Fesseden realice la primera trasmisión de sonido; en nuestra América el primer programa radial nació un épico 27 de agosto de 1920 en Argentina y desde allí nunca más se extinguió la voz. Nunca más la radio nos dejo. Claro que la radio cambio, eso es cierto. Físicamente el cambio es notable, la radio fue bajando de peso paulatinamente, de las enormes cajas de pesos exagerados, hoy tenemos a esbeltas y pequeñas radios que cubren las exigencias del atareado oyente, ellas son incluidas hasta en los celulares, casi no existe artefacto tecnológico personal que no tenga en sus recursos una radio, ella se volvió en nuestra acompañante, esa amiga que esta ahí para cuando la necesites, las 24 horas del día, para la situación que uno quiera y con las palabras que uno busca escuchar, como aquel día en que el postulante escucha su nombre entre la lista de ingresantes a su carrera, ese día en el que dedicas una canción a tu pareja, o cuando tienes un familiar viviendo en una región que esta sufriendo una situación de conflicto y esperas con ansias las noticias sobre lo que esta ocurriendo. La radio esta ahí dispuesta a acompañarte siempre.

Sin embargo, muchos le han vaticinado su extinción. Es para varios la crónica de una muerte anunciada, porque para varios la radio no podrá defenderse en la contienda de los medios de comunicación. Pero los medios no fueron hechos para pelear entre sí. Lo dije anteriormente son hermanos, nacieron por la misma ruta, están innegablemente conectados, la desaparición de uno, no haría más que empobrecer al otro. Los medios fueron hechos para complementarse. No es una contiende en donde se ve quien es el más fuerte, el más comprado, el más usado, en todo caso tendría que hacerse una disputa de quien es el más útil para la sociedad. Pero no deseo llegar a eso, deseo que vislumbremos esa posibilidad maravillosa de utilizar a los medios armónicamente, sin necesidad de establecer ridículos antagonismos. La radio sigue y seguirá siendo un medio utilizado y amado, por que nos brinda una experiencia única, y las experiencias son al fin y al cabo aquello que busca el hombre, incluso más que la tecnología de punta. La radio sí es cierto, se vio afectada con la llegada de los demás medios de comunicación, pero solo fue cuestión de acomodarse al nuevo panorama, mencione su cambio físico, porque este surge a raíz de su más grande cualidad: la radio establece una comunicación intima, una comunicación tan personal como cuando tu madre te habla o alguien te susurra al oído. En un mundo donde todo es globalizado, algo como la experiencia de la radio como una voz dirigida para ti, garantiza sin dudas muchos años más de existencia para este medio.

Ahora sí, habiendo aclarado la historia y las cualidades actuales de la radio, podemos ver cuales son los roles actuales de los medios. Comencé este artículo contándoles sobre cómo mi vida cotidiana se ve impregnada de personajes famosos. No se trata de ser alienada, es algo que nos pasa a todos, y es que los medios de comunicación se han sabido meter en nuestra vida sin que nos demos cuenta. En una era donde los políticos han perdido la credibilidad, los medios se han hecho dueños de este espacio vacío y gran parte de las personas no dudan en creerles más a ellos que a los políticos.

Los nuevos roles de los medios de comunicación social son: legitiman lo que

trasmiten, establecen la realidad y representan a los ciudadanos. Cada uno de estos roles conlleva al otro. Si los medios son tan importantes es obvio que aquello que salga por los medios tiene valor agregado, lo reviste de importancia, el caso de la comida peruana: siempre hemos tenido buena comida, pero desde que empezó a promocionarse desde la televisión y la radio una serie de festivales gastronómicas, a todos se nos hincha el pecho al hablar de nuestra comida, ella era importante culturalmente, pero los medios la dotaron de un brillo especial. Ahora, los medios le dan legitimidad a los hechos, al darles relieve los ponen en nuestra boca, aquello de lo que se habla en los medios es sin duda importante solemos pensar, reiteradamente se lanzan campañas y reportajes sobre la contaminación, y por eso una gran parte de nuestra población es conciente de los grandes cambios climáticos que estamos sufriendo, otro ejemplo no tan positivo es el que se vive actualmente, Cajamarca esta sufriendo un gran conflicto por la minería, pero no es la única región que se esta alzando existen otras, pero la prensa poco o nada informa sobre esto, la mayoría de nosotros vivimos en la ignorancia de lo que esta pasando por que son los medios quienes ponen los temas de los que vamos a debatir, entonces este rol se convierte en un arma de doble filo para la audiencia. Si lo relevante es aquellos que vemos o escuchamos a través de los medios, la personas que salen en los medios se vuelven importantes también, como dije al principio del articulo sin conocerlos personalmente se vuelven parte de nuestra vida, es muy gracioso como los tuteamos, como nos ponemos a hablar frente al medio como si ellos nos estuvieran frente a nosotros, “tienes razón”, “estas loco” alguna vez le he dicho a la radio o la tele y creo que todos hemos hecho lo mismo, al sentirnos tan cercanos a ellos les damos la potestad de representarlos, los millones de habitantes del Perú no pueden salir en los medios, pero pueden ser representados, por eso es necesario que los comunicadores establezcan siempre una actitud de escucha al público.

CONCLUSIÓN

Los medios han evolucionado no solo en el área tecnológica sino sobre todo en el ámbito social, hoy en día los medios conllevan a transformaciones inusitadas. Los medios tienen un poder innegable, por que hasta el más huraño y poco sociable se ve afectado por ellos; teniendo tanto poder es muy humano que se les suba a la cabeza todas las potestades de las cuales ahora gozan, sin embargo un buen comunicador entiende que ese poder no le llego por casualidad. La audiencia ha puesto a los comunicadores donde estamos y debemos saber corresponder a esta enorme confianza con una trabajo responsable y digno.

REFERENCIAS

BARBIER, Federic, Historia de los medios de Diderot a Internet, Colihue, Argentina, 2007.
LOPEZ, José Ignacio, Manual Urgente para radialistas apasionados, Ecuador.

http://www.conevyt.org.mx/cursos/cursos/vaco/contenido/revista/vc12r.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Radio_(medio_de_comunicaci%C3%B3n)

ENLACES DE PAGINAS WEBS:

http://hablemos.pe/assets/downloads/documentos/concortv_estudio_radio_tv.pdf
http://www.humanidades.uspceu.es/pdf/Laconstrucciondelarealidadylarealidaddesuconstruccion9.pdf
http://www.revistacomunicar.com/pdf/preprint/39/C39-10-PRE-14990-MORELLA-es.pdf

VIDEOS PROPIOS:
http://www.youtube.com/watch?v=ja3MoiXWRck&feature=plcp
http://www.youtube.com/watch?v=8GGhozUJoJ4&feature=plcp



AUDIOS: ejemplo del poder de los medios "La guerra de los mundos"