sábado, 1 de septiembre de 2012

EL DESTINO DE BELLA Y LA BESTIA


Lo que cuenta ahora es diferente a lo que se cuenta antes, porque la historia de la bella y la bestia nos lleva hasta la preciada Grecia, y su historia no es sino la prueba de que al destino nadie se le puede oponer y quien ose su destino cambiar quizás su vida tenga sea la que tenga que pagar.

Sobre una nube gris un oráculo grito el destino de dos familias: la salvación de una, la pena de otra. Una descendiente real, una niña hermosa como ninguna se casaría con una criatura maldita y repudiada por el pueblo. El pánico los invadió, nadie quería, nadie deseaba mezclarse con aquella estirpe de seres repugnantes de las orillas del mar, pero por otro lado las criaturas malditas celebraron el hecho, vieron en esa predicción una esperanza para los que venían. Ningún noble durante décadas tuvo un hija, hasta que un día la reina de Argos dio a luz a una niña tan hermosa como no se vio antes, y la oscuridad lleno la casa real, angustiados por la tragedia, los padres de la criatura se negaron a darla a conocer, presurosos la dieron a una villa lejana e insignificante. Decidieron evitar la unión como fuese.

Así fue como la cándida niña creció al lado de un mercader y sus dos hijas, creció sin conocer nada de su destino, aunque la familia del mercader bien sabía sobre este.  Pero como se ha dicho nadie puede huir del destino, por que si el ingenio del ser humano pensaba evadirlo los dioses venían y conspiraban contra sus hazañas. Así fue pues un día comenzó la danza trágica del destino. Hefestos mensajero de los dioses griegos bajo un buen día por orden de Zeus a encaminar la senda de Bella hacia quien seria su marido: hablo con una de las hermanas de ella, Acacia, y la convenció de ayudarlo en su tarea, prometiéndole que Bella jamás sufría junto a la bestia sino que en cambio seria tremendamente feliz. Por otra parte, Afrodita, quien admiraba y deseaba la belleza de Bella no concebía que una criatura tan perfecta fuera a unirse con un ser tan repudiable, entonces se alió con Calliope hermana de Bella para evitar su unión con bestia.

Entonces empezó todo. Una mañana el mercader salió de su casa rumbo a la ciudad de la playa para conseguir más objetos que vender, se despidió de las jóvenes con la promesa de traerle algo a sus hijas: Calliope pidió un vestido y Acacia un collar, Bella tenia el deseo de pedir un cofre, pero Acacia la convenció de pedir una hermosa perla roja, obedeciendo a su hermana Bella pidió a su padre tal cosa. El mercader se quedo en la ciudad después de comprar lo necesario, pero demasiado casando decidió dormir junto a su caballo ahí mismo. Cómplice de la noche y los vientos, Hefestos hizo viajar al pobre mercader hasta la casa de las Bestias olvidadas de la playa, y sin que se diera cuenta lo hizo reposar a la entrada del castillo de estás. A la mañana siguiente el mercader estaba sorprendido de donde se encontraba, pero preso de la curiosidad decidió entrar al castillo.  Ni bien puso un pie en el castillo, Hefestos se apareció frente a la Bestia a decirle que había llegado quien tenia a su novia deseada, le aconsejó  Hefestos hacerlo caer en una trampa: poner en la el jardín trasero de su castillo una cofre con perlas rojas y que cuando el mercader tomara una de estas, la Bestia podría acusarlo de ladrón y pedirle a cambio de su  vida a la menor de sus hijas. Y así fue el mercader callo en la trampa del mensajero de los Dioses y la Bestia le reclamó, pero el mercader se negó rotundamente a darle a Bella. La Bestia furiosa lo encerró en uno de sus calabozos y le prometió que jamás vería la luz del sol.

En casa Acacia hizo su parte: informo a Bella lo que había pasado y jugó con su consciencia al culparla de ser quien pidió al mercader traerle una perla roja. Bella herida y triste corrió hasta el castillo de la Bestia y entro sin una pizca de miedo, sin saber que allí adentro la esperaba el destino del que por tanto tiempo había huido. La Bestia la vio e inmediatamente supo que aquella era la novia que había estado esperando. Sin aparecer aún ante ella, La Bestia libero al mercader, y padre e hija se abrazaron fuertemente, pero justo antes de que pudieran salir del castillo y cuando su padre se hallaba afuera,  la puerta se cerro y dejo a Bella encerrada en aquel lugar. Desconcertada Bella no pudo abrir la puerta y aunque su padre intento abrirla fue todo en vano, Hefestos llego y se llevo al mercader de regreso a su hogar. Sin poder escuchar la voz de su padre Bella desistió de su idea de salir y camino por los pasillos del castillo, así anduvo por varios días, sola, sin más compañía que el sonido de un arpa, tan dulce y hermosa que a Bella le bastaba.

 Un día no tan lejano Bella vio a la Bestia en el jardín trasero tocando el arpa, La Bestia no se percato de su presencia y siguió tocando, y aunque Bella se horrorizo en un primer momento por el aspecto de la Bestia, poco duro su temor por que el sonido del arpa le mostró la hermosura del alma de la Bestia y en ese momento el destino la alcanzó a ella y supo que era en ese lugar donde siempre había pertenecido. La Bestia se sorprendió ante la mirada de Bella y quiso huir pero Bella lo detuvo pidiéndole que siguiera tocando para ella. Cada tarde durante tres meses la Bestia tocó el arpa para Bella y un romántico amor nació entre sus miradas, y ambos fueron inmensamente felices. Mas una noche Afrodita presa de la cólera envió una enfermedad rarísima al mercader para que callera en cama durante una semana, y luego entre sueños se le apareció a Bella para decirle que su padre estaba muy enfermo y moriría pronto si ella no llegaba a verlo. Bella despertó enseguida y fue hasta la Bestia para suplicarle que le permitiera visitar a su padre, La Bestia se negó furiosamente, y se encerró en su habitación, sin embargo al ver  a su amada sumida en la tristeza la dejo partir.

Bella encontró al mercader muy enfermo, y se dedico a cuidar de él, a pesar de que Acacia le insistía que volviera donde La Bestia, ella no quiso volver junto a él hasta que su padre se encontrará sano. Mientras tanto Afrodita mando a Calliope hasta el castillo de la Bestia a atormentarlo, cuando la hermana de Bella se encontró en el castillo y aunque la Bestia le causo terror, se acercó hacia él diciendo: “vengo por pedido de mi hermana, vengo a decirte que ella no volverá a este castillo porque ha encontrado a un hombre fuerte y bello a quien amar y contrajo nupcias con él, ella nunca volverá”. La Bestia enloqueció de dolor, deseo matar a Calliope, pero no pudo porque las fuerzas de su cuerpo habían desaparecido, y su alma empezó a morir de a pocos. Bella no supo nada de esto y continuo en su hogar cuidando de su padre, cuando Calliope llego le dijo que la Bestia había muerto, y que su cadáver había sido arrojado al mar. El corazón de Bella se rompió y su alma sufrió como nunca antes, aunque su padre se curo días después Bella no dejo de sentirse triste, y vagaba por la casa sin alma. Angustiada por su hermana, Acacia le confesó la verdad de su destino a Bella y la instigó a ir al castillo de la Bestia, pues aquello que esta marcado por el oráculo ninguna acción humana puede evitarlo y si era realmente su destino unirse a La Bestia los dioses encontrarían una manera de juntarles.

Bella subió a su caballo fue hasta el castillo de La bestia, suplicando a Zeus que le trajera devuelta a su único amor, al llegar al castillo encontró a la Bestia echada junto a su arpa, corrió hasta él y envuelta en lágrimas rogo que despertará pero no sucedió. Bella decidió quedarse en el castillo para siempre, y compadecidos por su tristeza, el padre de los dioses del Olimpo le permitió a Bella tener un hijo de la Bestia para que la acompañara y cumplirá este el presagio del oráculo.

Hasta el día de hoy el hijo de Bella espera a la hija de un noble que se enamoré de ella y cumpla la promesa que el destino les hizo a sus familias.

 Hasta el día de hoy, aunque nos cuenten diferente por no hacer llorar a la gente.




Escrito por: Carmen Lucila Gómez Castañeda.
                      Adriana Nathalí Guzmán Zuñiga




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